Durante el siglo XIX las diferentes Corporaciones que manejaron los destinos de los jerezanos, intentaron con más ilusión que resultados, mejorar la red de alcantarillado, alumbrado, fuentes públicas, empedrado y limpieza de la población. Una vez adquirida la conciencia de que el acumulo de basuras e inmundicias en calles y casas, así como la contaminación de las aguas de consumo público, era foco de epidemias de enfermedades infectocontagiosas, el Ayuntamiento inició y a veces desarrolló, medidas para fomentar la Salud Pública en la ciudad, todo dentro de las limitaciones inherentes a la época en que nos desenvolvemos.