Partiendo del hecho universalmente aceptado de que las Matemáticas no sólo tienen su propio lenguaje sino que son en sí mismas un lenguaje, puesto que comprenden, entre otras cosas, un conjunto de símbolos semióticos de representación conceptual, la simbiosis entre dos lenguajes que se hizo en esta investigación, vale decir, entre el lenguaje verbal y el de las Matemáticas, es de por sí un panorama intelectualmente atractivo, que incita a nuestra imaginación a intentar múltiples combinaciones y correlaciones simbólicas de muy variada significación y contenido. El hecho de que los problemas matemáticos parten de unos datos expresados en cifras o, en ocasiones, en fórmulas, y tienen como objetivo obtener unos resultados que son igualmente cifras o fórmulas concretas, precisas y únicas, nos permiten evaluar los resultados de aprendizaje de una manera muy precisa y diríamos que invariable. La respuesta a un problema matemático es correcta o incorrecta y no se dan ambigüedades en esteaspecto.