Una de las principales banderas de lucha de los agricultores peruanos desde las primeras décadas del siglo XX, ha sido la conquista del derecho a ser propietarios de la tierra que trabajan. La respuesta del Estado ha sido expresada en títulos y luego en políticas de formalización masiva, cuando en la década de los 90 instituye una serie reformas, entre las cuales estuvo crear un aparato de incorporación a la formalidad. En ese contexto este libro analiza cómo fueron concebidas, elaboradas y ejecutadas las mencionadas políticas de Estado, tomando en consideración la capacidad instalada y la cantidad de recursos económico-financieros utilizados para ese fin. El enfoque prioriza las labores de formalización rural realizadas en el periodo 1992-2000. El objetivo propuesto es analizar las políticas de formalización de la propiedad rural y constatar, si como efecto práctico y tangible, ello ha implicado una modificación sustancial en la atención de las necesidades básicas de las familias de los pequeños agricultores, en un valle tipo de la costa. Finalmente se plantea, desde la teoría de desarrollo rural territorial, algunas alternativas que puedan aportar a modificar lo constatado.