Tanto la disciplina estratégica como la Historia militar, desde una perspectiva científica, poseen singularidades que las tipifican y distinguen, pero al mismo tiempo, presentan puntos de contacto que permiten comprender la totalidad de interacciones e implicancias que el avance del conocimiento propone dese un enfoque holístico de la realidad. Desde que Heródoto registrara al mundo bárbaro que lo rodeaba y diera cuenta del sentido de otredad respecto de lo extraño, los relatos razonados de los acontecimientos con consciencia del pasado y de un futuro trascendente, se validaron a través de la existencia de los conflictos provocados por intereses contrapuestos entre actores estratégicos antagónicos. En definitiva, la Historia de Heródoto es una narración del comportamiento humano a partir de la guerra y sus implicancias. De allí en más, el primigenio arte de conducir las operaciones militares (del griego stratos [ejército] y agein [conductor, guía]) quedó naturalmente vinculado a la Historia de las guerras que, por propia cuenta, ocupa el centro de la escena planetaria desde hace cinco mil años.