En los pacientes EPOC se dan una serie de circunstancias que facilitan las conversaciones sobre los aspectos del final de la vida, pero por encima de todas la confianza del paciente en su médico y las numerosas oportunidades que ofrece la consulta de rutina en una fase estable de la enfermedad para hablar de algo fundamental: sus expectativas y sus temores. Es importante aprovechar todo ello para encontrar un momento y hacer una pausa, hablar del futuro, de lo que un enfermo desea para sí mismo en caso de gravedad o incertidumbre, para planificar el final de la vida conforme a sus valores y preferencias. Conocer lo que realmente es importante para ellos, el tipo de vida que ellos consideran que merece la pena ser vivida creo que es aún una tarea pendiente.