El competitivo escenario económico internacional obliga a las empresas a conocer anticipadamente el entorno, a fin de prever y minimizar el impacto provocado por los cambios. Ante esa realidad, se hace imprescindible conocer anticipadamente el entorno, con el objetivo de prever, minimizar y neutralizar el impacto provocado por las aceleradas transformaciones. Solo mediante un proceso sistemático que suministre la información pertinente en el momento oportuno, esto es, en la toma de decisiones, podremos anticipar tanto las amenazas como las oportunidades derivadas de los cambios producidos. Ello presupone la puesta en marcha de un conjunto de procesos interrelacionados, organizados convenientemente y encauzados para conseguirlo, es decir un sistema de vigilancia estratégica, que permita la captura, tratamiento y distribución sistemáticas de la información, con el objetivo de identificar las oportunidades y amenazas del mercado, estudiar la evolución de las necesidades de los clientes y los estilos de comportamientos de los competidores; amén de detectar tendencias y tecnologías clave, nuevos productos, proveedores, reglamentaciones y alianzas.