En las siguientes páginas se encontrará la historia de los orígenes del movimiento estudiantil latinoamericano. Imbuidos de un fuerte idealismo y depositarios de la energía creadora que caracteriza a la juventud, los jóvenes latinoamericanos trajeron a conciencia el olvido u ocultamiento primero. Y volvieron a andar por su tierra. Y volvieron su mirada y sus esfuerzos sobre su nación. Denunciaron la dependencia cultural respecto de Europa y Estados Unidos; el atraso institucional y las falencias del régimen democrático; la injusticia en la extensión y acceso a la educación; el desconocimiento mutuo entre los países latinoamericanos y el consecuente reforzamiento de la desconfianza; la injusticia, la desigualdad; se entusiasmaron con la unidad de los pueblos del continente en el marco de la solidaridad y la fraternidad; le asignaron a la juventud estudiosa del continente un rol y una responsabilidad. Los jóvenes que en 1908 en Montevideo pusieron la piedra fundamental del movimiento estudiantil revitalizaron la esencia misma de la lucha por la independencia: la unidad de los pueblos del continente. Aquí recuperamos su historia para recrear la posibilidad de la Patria Grande.