La educación a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, se ha visto afectada por un conjunto de variables internas y externas (demandas sociales, cultura, ideologías, currículo, desarrollo y clima organizacional); los cuales, exigen cambios significativos, en función de elevar su calidad. La necesidad de responder con éxito a las demandas de una sociedad cada día más exigente y cambiante, han llevado a las instituciones educativas a realizar esfuerzos de mejoramiento hacia el logro de la gestión escolar; por ello, se ha propuesto la reestructuración funcional e implementación de estrategias en el manejo de los recursos materiales y especialmente el talento humano. De lo expuesto anteriormente, se enfatiza el verdadero reto de la gerencia educativa, el cual consiste en la necesidad que el directivo educativo cumpla a cabalidad sus funciones, destacando entre ellas el liderazgo como medio para desarrollar una gestión escolar con una misión - visión organizacional compartidacon miras a planificar su trabajo, a la vez le sirva para orientar, dirigir, evaluar a los docentes y demás actores del proceso educativo; ello permitirá la transformación educativa.