El patrón de fecundidad de los grupos étnicamente diferenciados en México se encuentra rezagado por más de 20 años al que respecta a la población mestiza urbana, con un porcentaje de 1 a 2 hijos más por mujer en edad reproductiva. En gran parte, este rezago en materia de planificación familiar por parte de los grupos indígenas es debido a en estos grupos existe un enorme des-empoderamiento de la mujer, especialmente en materia sexual y reproductiva. La información obtenida en trabajo de campo hace ver que las parteras tradicionales han actuado directamente para hacer respetar los derechos de las mujeres. Todas ellas manejan un discurso en donde la mujer tiene los mismos derechos que el hombre en todo tipo de ámbitos, concretamente en el espacio privado, en la vida sexual y reproductiva.