En el presente libro, se hace una remembranza del producto más importante de la Revolución Mexicana de 1910: El Ejido. Se estudia de manera sencilla, su origen, su evolución y lo que le depara en un incierto futuro. Los ejidatarios enfrentan, cada día que pasa, una mayor cantidad de obstáculos para lograr sus aspiraciones de vida y aunque existen recursos económicos destinados para su desarrollo por parte de los gobiernos mexicanos, pareciera que solo el factor económico no es la solución. Se necesita aún más: una política sensible que abunde en la integralidad y que construya, con la participación social, un desarrollo posible, ajustado a sus aspiraciones ancestrales. A lo largo de siete capítulos, el autor pretende advertir que el trabajo que se requiere es integral y estrictamente apegado a la visión de progreso de los ejidatarios. Casi 80 mil ejidatarios tamaulipecos del noreste mexicano, enfrentan escasez de agua, baja productividad en sus cosechas, baja rentabilidad en sus tierras, un mercado global que los ha ido desplazando, al grado tal que tanto programas sociales como remesas, se han convertido en su principal ingreso.