Las fuentes de información histórica constituyen un rico manantial de conocimientos, que con el transcurso del tiempo se van convirtiendo en monumentos con los cuales se puede perpetuar de generación en generación el recuerdo de hombres y acontecimientos, que de algún modo han tenido que ver con el desarrollo cultural y científico de una nación en particular y del mundo en general. Esta obra es una modesta contribución a la historia de la literatura médica cubana, en la cual se presentan varias fuentes de información que constituyen verdaderas reliquias. En ella se demuestra que para obtener detalles sobre lo que estudiaban los investigadores de antaño y cómo éstos aplicaban en la práctica los resultados de sus observaciones, no se puede soslayar la revisión minuciosa de la literatura por ellos generada, dada su condición de testigo fidedigno de la ocurrencia de tales acontecimientos. En su texto se evidencia asimismo que la ciencia y los hombres que verdaderamente la profesan notienen patria ni se pertenecen, y que, con independencia de ideales territoriales o individuales, una y otros son caudal de todo el mundo y deben aclamar como suyo cualquier paso que signifique progreso.