En tiempos como los nuestros, observo un gran descontento en cierto número de creyentes respecto a sus emociones y éxtasis de gozo y paz en el Señor. La pregunta que plantearía para ayudarte a pensar con claridad al respecto sería: ¿Qué tal si el problema no es lo externo, sino aquellas convicciones que debe tener un creyente frente a la vida? Es allí, donde el Apóstol Pablo, con sus maravillosas y grandes verdades expresadas en su carta a los Romanos, (capítulo cinco, versos tres al cinco) nos brinda claras respuestas a nuestra angustiosa pregunta. Tras hacerle un estudio profundo al texto, mi lector podrá, como lo es mi deseo, encontrar un lugar seguro en el que reposar su confianza de cara a la esperanza cristiana; y, al ser socorrido por el poder del Espíritu Santo, verá cada una de las áreas de su vida afectada de manera real y positiva. Al culminar cada capítulo del libro, (capítulos desprendidos de nuestro texto de Romanos 5:3-5), oh, estoy seguro, mi lector cantará himnos y adoraciones al Señor, y sus emociones se elevarán a la cima del gozo cristino, al tener una mente clara de todas las maravillas que encierra la esperanza a la que Cristo nos ató.