Michel Foucault se definió como un intelectual que quiso devenir anónimo para alcanzar la impersonalidad y planteó que la función del intelectual ha cambiado, ya no se necesita al intelectual universal cuya función consistía en agenciar una multitud y ofrecerle las condiciones mínimas para que conquiste la expresión. No, ahora la condición del intelectual se ha hecho más específica, para las exigencias de una sociedad igualmente específica. El intelectual debe ser diagnosticador, debe ser problematizador del presente, que nos diga a los demás como somos hoy y como escapar a eso que somos. A continuación entregamos al público foucaultiano una serie de textos que son el producto de una reflexión permanente dentro del Seminario Temático Foucault y la Historiografía Moderna que como profesor del Programa de Historia de la Universidad de Cartagena he dirigido durante los últimos ocho años.