Se considera violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad o desprecio en el sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres, que tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual, psicológico o moral, incluidas las amenazas. Este tipo de violencia se manifiesta de manera pasiva y/o activa llegando a desarrollar el fenómeno de resiliencia o la toleración por inseguridad y falta de asesoramiento, que no precisamente tiene que ser el policial, los estados y sus gobiernos a través de una política criminal consecuente tienen la obligación social y moral de asumir esta difícil pero no imposible batalla y lograr en las féminas calidad de vida basada en la igualdad y el respeto.