La observación y el análisis de cualquier situación alimentaria realizado desde la interdisciplinariedad enriquece el estudio. Los momentos de crisis alimentarias como los vividos con la encefalopatía espongiforme bovina o mal de las vacas locas ponen de manifiesto la imprescindible colaboración de las ciencias sociales que dan respuesta a cuestiones que se han de tener en cuenta para la gestión de la misma. El papel del experto en estos momentos nos hace reflexionar desde la la antropología de alimentación. La pregunta ¿quien es el experto alimentario? nos permite analizar su construcción en el ámbito social y nos lleva a su estudio en la escena pública. El experto alimentario junto con otros actores intervienen en la arena pública y son los determinantes de una situación que puede devenir en alarma social con las consecuencias económicas y política que ello conlleva. Ya no es solo una alarma sanitaria. El riesgo cero no existe y aunque a raíz de la crisis de las vacas locas se tomaron medidas históricas, no debemos olvidar los aspectos sociales que pueden influir en futuras crisis. La gestión de estos aspectos se han de tener en cuenta.