La necesidad de infraestructura de un país está fuertemente ligada al crecimiento de la demanda por mayores y mejores obras, esta demanda puede a su vez sufrir saltos discretos a los que se les denomina impulsores de la demanda, los mismos tienen por objetivo poner al país en cuestión, al alcance de un grupo de países que se suponen con mejor desempeño. La estimación de la brecha de infraestructura es llevada a cabo desde tres perspectivas temporales: 1- Perspectiva de corto plazo (3 años) : se pretende alcanzar a países de Asia (sin incluir a economias como las de Japon) y el resto de los países del Mercosur (Argentina, Brasil y Uruguay). 2- Perspectiva de mediano plazo (6 años): se trata de cerrar la propia brecha potencial. 3- Perspectiva de largo plazo (13 años): alcanzar estándares de infraestructura de los países miembros de la OCDE. El monto estimado para el último horizonte temporal, al año 2030, es de 35.777 millones de dólares (corrientes del 2017).