No debe entenderse paisaje como sinónimo de naturaleza sino como el territorio percibido en tanto resultado de la acción conjunta de factores naturales y humanos, que solo en algunos casos puede contemplarse con placer estético. A partir de que el paisaje es objeto de contemplación y admiración aparece el deseo de prolongar su recuerdo, que se satisface mediante su descripción gráfica, literaria, fotográfica, etc. o mediante su recreación en los jardines. De este modo va evolucionando la idea de paisaje. El propósito de este texto es mostrar el modo en que las artes visuales han influido en la evolución de la idea de paisaje desde su misma génesis. Para ello se analizan en primer lugar los procesos de la percepción humana del paisaje y a continuación el tratamiento que se hace del mismo por parte de las artes visuales. La investigación trata pues de paisaje, dentro de este campo, de su componente cultural, y específicamente del papel de las artes visuales en la misma, con especial mención al último estrato del paisaje conformado por la arquitectura y la ciudad. De ahí el subtítulo del presente trabajo.