Ante la búsqueda de la felicidad, de los caprichos, de diversiones, de comodidades y de lujos que coexiste frente a la pobreza, la guerra y la crisis personal, familiar, social, política y económica, es preciso detenerse a observar y reflexionar acerca de las formas de vivir que no conducen a la paz, la unión, el trabajo, la creatividad, el bien común y la vida en familia que da seguridad y estabilidad. Por sus efectos, sabemos que no son convenientes. Entonces, ¿cuál es la forma conveniente de vivir, de actuar ante la realidad del siglo XXI? La respuesta la encontramos en los clásicos. En particular, la presente obra rescata el rico concepto de pasiones manejado en el siglo XIV. Las pasiones, manejables hasta hace poco, fueron reemplazadas por emociones y sentimientos tiránicos inmanejables de los que somos víctima en la cultura general modernista y posmodernista actual. También se retoma el concepto clásico de desarrollo del carácter, entendiéndolo como el desarrollo virtuoso, equilibrado y armonioso del autodominio en todas las dimensiones de la persona, que logra que la persona tenga un valiente corazón humano que verdaderamente sepa amar.