La urgencia de una regulación en México para la función de los medios de comunicación resulta inminente, ésto, sin llegar a violentar el derecho de expresión que les es consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero a la vez garantizando también los derechos a la vida privada, la honra, la intimidad y la imagen pública de las personas, mismos que en infinidad de ocasiones se ven vulnerados por la llamada "libertad de expresión", sin que exista un ordenamiento marcando las fronteras entre los derechos enfrentados en conflicto. Solamente hay que recordar que "Tu derecho termina en donde comienza el mio".