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El lenguaje corporal es un arte silencioso que todos practicamos, a menudo sin siquiera darnos cuenta. Es la forma en que nos comunicamos con el mundo a través de gestos, posturas y expresiones faciales. Aunque no digamos una palabra, nuestro cuerpo habla por nosotros, revelando nuestros pensamientos, emociones y actitudes. Los gestos pueden ser tan sutiles como un ligero movimiento de cejas o tan evidentes como un abrazo cálido. Cada gesto tiene un significado único y puede transmitir una amplia gama de emociones, desde la alegría y el amor hasta la tristeza y el miedo. Por ejemplo, una…mehr

Produktbeschreibung
El lenguaje corporal es un arte silencioso que todos practicamos, a menudo sin siquiera darnos cuenta. Es la forma en que nos comunicamos con el mundo a través de gestos, posturas y expresiones faciales. Aunque no digamos una palabra, nuestro cuerpo habla por nosotros, revelando nuestros pensamientos, emociones y actitudes. Los gestos pueden ser tan sutiles como un ligero movimiento de cejas o tan evidentes como un abrazo cálido. Cada gesto tiene un significado único y puede transmitir una amplia gama de emociones, desde la alegría y el amor hasta la tristeza y el miedo. Por ejemplo, una sonrisa puede indicar felicidad o amabilidad, mientras que un ceño fruncido puede indicar confusión o desaprobación. Nuestra postura también habla por nosotros. Una persona que se siente segura y confiada tiende a mantener una postura erguida y relajada, mientras que alguien que se siente inseguro o ansioso puede encogerse o cruzar los brazos sobre el pecho. La forma en que nos movemos también puede revelar mucho sobre nuestras emociones y actitudes. Por ejemplo, una persona que camina con paso firme y rápido puede estar ansiosa o apurada, mientras que alguien que camina con lentitud y pesadez puede estar cansada o desanimada. Las expresiones faciales son otro aspecto importante del lenguaje corporal. Nuestro rostro puede revelar mucho sobre nuestros pensamientos y emociones, desde la alegría y la tristeza hasta el enojo y el miedo. Por ejemplo, una sonrisa genuina puede iluminar todo el rostro y los ojos, mientras que una sonrisa falsa puede parecer tensa y forzada. Del mismo modo, una mirada de enojo puede hacer que los ojos se estrechen y los labios se tensen, mientras que una mirada de sorpresa puede hacer que los ojos se abran y la boca se abra.