Kierkegaard construye lo estético como forma de existencia con la intención de describir la tendencia de una época a la que considera mal encaminada (la modernidad) y precisa de una crítica que le permita un nuevo y adecuado camino, y una nueva y acertada manera de existir que vaya más allá de la satisfacción del deseo potenciado por el goce en el instante; para esto se apoya en cinco conceptos: la ironía, el instante, la inmediatez, el goce y la desesperación. Aquí se pretende definir las características de cada uno de estos conceptos y mostrar la relación que existe entre ellos y que posibilita la formación de la personalidad estética.