Existe una gran dificultad para determinar las variables relevantes y el funcionamiento de los mecanismos que llevan a un empresario a invertir para aumentar o disminuir su stock de capital. Tobin en 1969 relacionó el valor del stock de capital de la empresa con el precio de sus acciones en los mercados de valores, algo muy intuitivo y potente pero que no se ha podido verificar adecuadamente en la práctica. La incorporación en el modelo de Tobin del tamaño del mercado al que espera vender el empresario su nuevo producto, permite identificar la función de oferta (indeterminada en estudios anteriores), y verificar la presencia de cointegración entre las variables, además de relaciones de causalidad en el sentido de Granger, eliminando la correlación y otras cuestiones estadísticas. El modelo obtenido resulta estable teórica y dinámicamente y establece una velocidad de ajuste entre corto y largo plazo del 61% en cada período.