Fundamentado en la condición de aprovechamiento y conservación de los recursos naturales y culturales que poseen las comunidades como patrimonio, la creciente valoración hacia lo rural, y el declive de las actividades agrícolas tradicionales; la implementación de servicios y actividades recreativas en los espacios rurales cobra una relevancia significativa como opción productiva. De esta manera, se realzan las bondades del turismo como un instrumento de la llamada nueva ruralidad que se está experimentando en los ámbitos rurales latinoamericanos, concibiéndose como un generador de desarrollo económico y social, por lo cual constituye una de las principales actividades económicas que se han venido impulsando en los medios rurales desde hace varias décadas, tanto desde la perspectiva institucional como de la comunitaria, enmarcado en los principios de la sustentabilidad.