Roberto entra al consumo de las drogas de la forma en que TODOS lo hacen; "Gradualmente", no se trata de una narración de hechos externos solamente, Roberto narra sus experiencias psíquicas, emocionales y sobre todo espirituales, en un drama de prostitución, homicidio, narcotráfico, corrupción, alcoholismo, drogadicción y espiritualidad. El alimento a sus apetitos perversos son satisfechos a su antojo pero, el espíritu también reclama su alimento que lo encuentra al alcance de su respiración, solo que al inhalarlo lo exhala rápidamente, los fantasmas de su mente nacieron en su infancia traumatizada por el abuso sexual, el alcoholismo de su padre y la drogadicción de sus hermanos mayores. La miseria interna es mezclada con la divinidad de su espíritu llevando en sus poros la lucha eterna del amor y el odio, la paz y la guerra, la muerte y la vida, la condena y la emancipación. La novela es narrada con lenguaje cotidiano e intencionalmente prosaico tocando la vulgaridad para remontar en la belleza de la descripción subjetiva y refinada para el disfrute de la lectura. En ningún momento es tediosa o predecible, contrario a esto va de un drama catastrófico familiar hasta llegar al culmen de la perversión individual en un intenso desarrollo existencial. Su vida se desarrolla en la ciudad de México encontrando su desenlace en un país tan lleno de paradojas sin sentido y que irónicamente es ahí donde el final se desarrolla. Los hijos de Dios... no es una novela religiosa, tampoco es una novela de superación personal, es una novela de realidad subjetiva vista desde un mexicano Drogadicto. A pesar de ello no deja de ser una historia ficticia mezclada con elementos reales, aunque los escépticos pueden muy bien leerla tendrán que responder a muchas preguntas que surgirán en su mente en el transcurso de la lectura. Por lo tanto la novela no busca dar solución a problemas existenciales, plasma los problemas existenciales más comunes para provocar empatía y analizar las alternativas de clarificación so pretexto de las adicciones. La motivación surgió después de muchos años de escuchar historias de adictos y, que a pesar de la diversidad de experiencias y que muchas de ellas son sorprendentes, todos ellos tienen algo en común: "El adicto usa droga por que busca algo", los adictos son buscadores y muchos de ellos se pierden en esa búsqueda. Su búsqueda no se centra en cosas tangibles, como posesiones económicas o materiales a pesar de las apariencias, su deseo de encontrar va mas allá de lo físico, por eso la mayoría de los drogos son metafísicos, su atención se detiene en lo misterioso, en la subjetividad y sobre todo en lo espiritual. Lo más curioso es que cada adicto encuentra su propio camino de búsqueda, los expertos opinan que la puerta de entrada al universo de las drogas inicia casualmente con el uso de una droga legal para terminar con las ilegales, sin embargo; se observa que hay un comportamiento previo a esto, conducta dirigida a la obtención del placer proporcionado por los instintos en el cuál el mas destacable es el sexual, cosa que no es de sorprenderse porque el efecto de cualquier droga es orgiástica...y es así querido lector que esta obra esta impregnada de erotismo pero descrita desde el interior del protagonista sin acudir a la descripción literal.
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