El rezago y el abandono en las instituciones de educación superior en México son un problema creciente. Para identificar las determinantes en las diversas trayectorias que los estudiantes universitarios despliegan se desarrolló un modelo que articula dos perspectivas teóricas mediante un proceso metodológico mixto en dos fases: cuantitativa y cualitativa. La primera fase se fundamenta en el modelo de Tinto (1992). En la segunda fase, se buscó el sentido de la experiencia otorgada por los estudiantes a su proceso formativo a través de tres registros propuestos por Dubet (2005): integración, vocación y proyecto. Los resultados revelan las variables de mayor impacto hacia la obtención de una trayectoria perseverante contra una de abandono, así mismo, la conformación de cinco grupos de estudiantes con experiencias universitarias identificables: los de mayor integración académica y social, las trabajadoras integradas académicamente, los de mayores desventajas económicas y de integración académica, los que buscaron su vocación en otra institución y los que no continuaron estudiando.