Indagar en la historia del Museo a Cielo Abierto de Valparaíso como fenómeno museográfico inaudito implica necesariamente deambular por las calles y cerros para detenerse en sus muros: como intervenciones realizadas colectivamente y fuera de los circuitos artísticos e institucionales, nos invita a preguntarnos cómo fueron posibles y qué lugar o no lugar habrían de tener en el campo del arte. Magdalena Dardel nos propone, así, una constelación que interrelaciona desde los fundamentos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso, la espacialidad de la ciudad, hasta los objetivos y propuestas de los artistas que formaron parte del Museo a Cielo Abierto –sin soslayar el contexto posdictatorial–, y que encuadran este proyecto en un lugar intersticial entre la moderna pintura abstracta y las contemporáneas prácticas colaborativas, participativas y comunitarias. A la luz de ello, el museo es una propuesta radical a nivel global que contribuye a problematizar lo que se ha entendido por el trabajo del arte y cómo este último obra en el mundo.