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Esta antología tiene el propósito de dar voz a dos grandes pensadores españoles injustamente olvidados: Marín Civera (Valencia,1900-México D.F., 1975) y Luis Abad (Almería, 1895-Gádor, 1971), pioneros de un pensamiento modernizador y humanista que, a día de hoy, resulta completamente revelador y contemporáneo. Sus filosofías aúnan la preocupación por el ser humano y un carácter visionario. Los dos orientan su pensamiento hacia la búsqueda de un humanismo que permita responder a los avances (y horrores) técnicos, que ofrezca una nueva solidaridad entre los seres humanos y aporte una serenidad…mehr

Produktbeschreibung
Esta antología tiene el propósito de dar voz a dos grandes pensadores españoles injustamente olvidados: Marín Civera (Valencia,1900-México D.F., 1975) y Luis Abad (Almería, 1895-Gádor, 1971), pioneros de un pensamiento modernizador y humanista que, a día de hoy, resulta completamente revelador y contemporáneo. Sus filosofías aúnan la preocupación por el ser humano y un carácter visionario. Los dos orientan su pensamiento hacia la búsqueda de un humanismo que permita responder a los avances (y horrores) técnicos, que ofrezca una nueva solidaridad entre los seres humanos y aporte una serenidad contemplativa al vertiginoso mundo que presagiaron. Civera apostó por una sociedad donde la presencia del ser no fuera anegada por el animal tecnológico, y Abad propuso una renovación personal de la naturaleza humana, guiada por la vocación y la búsqueda de la felicidad.
Autorenporträt
MARÍN CIVERA (Valencia, 1900-México D.F., 1975) Estudió comercio y contabilidad. En 1919 se afilió a la CNT y fue delegado en el Sindicato Único de Empleados de Comercio. Mantuvo a lo largo de su vida una intensa actividad política, aunque fue más conocido por sus iniciativas culturales. Perteneció, además, a la masonería, en la que ingresó en 1925. En 1930 comienza su labor editora con la publicación de la colección Cuadernos de Cultura en la que, hasta 1933, dio cabida a textos de los más destacados escritores sociales de la época (Carmen Conde, Ángel Pestaña, Isaac Puente…). Colabora paralelamente en la prestigiosa revista Estudios y en 1932 funda y dirige Orto, subtitulada Revista de Documentación Social. Sin embargo, el éxito de sus iniciativas culturales no fue acompañado por el beneficio económico, por lo que opositó a inspector del Instituto Nacional del Vino en Madrid. En 1934 participó en la fundación del Partido Sindicalista liderado por Ángel Pestaña en un intento por unir la política partidista y la acción sindical. Cuando Pestaña muere, es elegido para presidir el partido. Durante la guerra civil, sigue los traslados del gobierno republicano. Cuando cae Cataluña, cruza la frontera con Francia y es internado en el campo de concentración de Argèles-sur-Mer, donde permanece hasta que consigue un visado que le permite viajar a México. Allí trabaja en el ámbito editorial y reside hasta su muerte en 1945. LUIS ABAD (Almería, 1895-Gádor, 1971) Estudia Filosofía y Derecho en la Universidad Central de Madrid. Debió de conocer por entonces a José Gaos y a José Ortega y Gasset, de quien se declarará discípulo años después en dos artículos que dedicará a su figura y a su obra. Abad se afilia a Acción Republicana y más tarde a Izquierda Republicana, llegando a ser su presidente en Ceuta en los años treinta. Es también durante la década de los treinta, o incluso antes, cuando entra en la masonería. En 1926 tiene ya aprobados los cursos de doctorado en Filosofía y es profesor oficial del Colegio de Huérfanos de Telégrafos. De 1928 a1934 ejerce la docencia en diferentes institutos y escuelas de Zafra (Badajoz) y Ceuta. Lo único que se sabe de él durante la guerra civil es que participó como voluntario en las milicias que defendieron Madrid en 1936. Vuelve a Almería, donde imparte clases de filosofía en el Instituto de Bachillerato Nicolás Salmerón y participa en conferencias y programas de radio a favor del bando republicano. En 1939 escapa a Orán y es internado en el campo de concentración de Boghari, del que consigue salir pasados unos meses. Permanece en Orán hasta que se traslada a París en 1950 y, finalmente, viaja a México en 1952 donde obtiene una cátedra en la universidad. Hasta 1966 no regresa a España y vive sus últimos años en el pueblo almeriense de Gádor compaginando la escritura y la pintura.