La moralidad administrativa constituye, actualmente, requisito de validad de todo hecho de la Administración Pública. No se trata de la moral común, pero si de una moral jurídica, entendida como el conjunto de reglas de conducta sacadas de la disciplina interior de la Administración. Con este objetivo el pueblo brasileño se ha movilizado en torno de un ideal común que ha sido justamente moralizar el ejercício del mandato electivo. No obstante, mucho se ha discutido y todavía aun sigue la problemática acerca de la probable (in) constitucionalidad de la Ley Ficha Limpia.