Cuentan aquellos que han vivido sucesos distintos a los comunes, historias fantásticas de duendes, magos y princesas.Patricia era una niña muy soñadora e inquieta, que vivía con su abuela Isolina en una hermosa casa ubicada en las montañas, con un gran parque de verde césped, árboles frondosos y jardines bellísimos.La abuela Isolina solía contarle durante las noches hermosos cuentos de princesas y duendes escondidos en sitios maravillosos.Esa noche, estaba muy oscura y silenciosa; Patricia regresaba a su cuarto cuando de repente vio la sombra de un ser muy pequeño, que se escurría en la oscuridad.Se aproximo al balcón de su casa y pudo distinguir un duende que se internaba en el jardín raudamente.Bajó las escaleras y siguió al duende por el parque hasta un murallón inmenso, tan, pero tan alto como una enorme montaña.El murallón era de color Azul con grandes bloques de piedras y tenía una abertura muy pequeña; Patricia sintiendo mucha curiosidad se internó dentro de él.Caminó unos metros, cuando alguien rozó su brazo muy suavemente, se dio vuelta y vio al duende parado a su lado...