Con el nombre genérico de adolescencia, se suele designar un período variable de tiempo en el desarrollo del ser humano. El adolescente se encuentra sujeto a una diversidad de cambios somáticos y psíquicos que movilizan una gran carga emocional, con una intensidad que es poco frecuente en otros momentos del desarrollo de la vida. Debe hacer frente a estos cambios tanto en su cuerpo como en su mente y esto lo coloca en una situación de vulnerabilidad; no controla fácilmente sus estados emocionales y su casi permanente sensación de inseguridad le hace ser muy susceptible a las influencias que sobre él ejercen las personas de su entorno. Habitualmente su conducta es muy variable dependiendo del lugar en el que se encuentre y las personas que lo acompañen.