Una gran parte del valor de la información consiste en su calidad y su aptitud para ser utilizada. Un mensaje mal emitido no sirve a nadie y puede incluso confundir. Escribir parece fácil y sencillo, pues lo hacemos desde la infancia, pero ¿en verdad lo hacemos bien? ¿son entendidos clara e inmediatamente nuestros mensajes? ¿tenemos la capacidad para expresar en un texto lo que deseamos? Redactar correctamente es una habilidad adquirida. Mediante un proceso de entendimiento, asimilación y aplicación correcta de los elementos que forman la lengua que hablamos, es posible elaborar textos breves o extensos, claros y comprensibles, funcionales: textos con valor propio.