El entramado emocional que se entreteje con la racionalidad de un negocio, configura una dinámica compleja, típica en las empresas familiares. Así la confluencia de divergentes intereses y expectativas de sus actores, en el desempeño de roles simultáneos, propician situaciones marcadas por el amor, la codicia, la lucha por el poder, la ambición, entre otros aspectos que condicionan el juego empresarial. Es así, como La Empresa Familiar: Terreno de disputas y conciertos se aproxima a estas organizaciones desde una metáfora política, donde se vinculan el poder y los roles como variables determinantes en la configuración histórica de sus elementos estructurales y funcionales.