En la presente Tesis la autora abordó procesos que situaban a jóvenes de contextos de vulnerabilidad social del Conurbano Bonaerense de cara a relaciones a partir de las cuáles se los definía como violentos contra sí. En su recorrido etnográfico pretendió rescatar lo positivo de la opacidad de los estigmas, tan poco ciertos cómo la representación de que la juventud es siempre y casi con naturalidad una etapa de proyección de futuro forjada sobre la transición de un presente de inevitable sufrimiento. Su principal intención fue construir un espacio de conocimiento socio-antropológico que complementara las limitaciones diagnósticas impuestas por la definición del suicidio como patología desde el campo de la salud mental. Tomando como referencia metodológica un enfoque relacional que considerara el punto de vista de los actores respecto de las prácticas de auto-agresión mediante implementación de cortes en la piel y/o el intento de muerte auto-infligida; pensadas todas ellas como untipo de relaciones a partir de las cuáles los sujetos también producen significados.