El proceso no ha desistido. Trato de ser alguien que no sangre cuando una mirada lo rechazó, alguien que interactúe con extraños y no se le queden viendo como si sus comentarios fueran muy desacertados. Pero estoy ligado a la maldición de pensar diferente a los demás. Y, sin poder evitar los colapsos emocionales, termino fundiéndome en una hoja insípida, donde mi llanto desgarrador nace y muere en el silencio que pocos lectores presenciarán. "Trazos del olvido"