Utilizando el juego como estrategia de promoción de la salud del niño con discapacidad visual, se puede estrechar ese abismo que existe frente al desarrollo del niño que no presenta ninguna dificultad, dicho proceso debe estar a cargo específicamente de padres y familiares, quienes permanecen la mayor parte del tiempo con ellos y se convierten en el referente corporal más importante; para jugar solo requieren disposición y deseos de que sus hijos obtengan un mejor desarrollo, porque con actividades que se relacionan con la háptica, con la exploración del medio, la seguridad, los estímulos sensoriales y puestos en practica mediante el juego, van a mejorar la calidad de vida de los niños, de sus padres, de la comunidad en general, de las personas que tengan alguna discapacidad, de quienes estudien el movimiento; porque van a tener en los niños en situación de discapacidad visual vivos ejemplos de vida, de amor y de fortaleza