Un violín Antonius Stradivarius Cremonesis, Facebit anno 1723, se convierte en el protagonista principal de esta novela. Un violín marcado con una estrella de David en el tacón, con el cuerpo de arce y la tapa de abeto, desata una investigación de hechos reales envueltos en la ficción del autor de esta novela, con la narración de acontecimientos históricos que enmarañan intriga, misterio y suspenso, con elementos que dan certeza a los supuestos novelados de la imaginación del autor. Durante el episodio de la Segunda Guerra Mundial, llegó a México en 1941 Hilde Krüger, una actriz de origen alemán que fuera acusada de ser una espía nazi, y que estuvo a punto de ser detenida en el campo de concentración de Perote, Veracruz, pero fue rescatada por el Lic. Miguel Alemán Valdés, quien en ese tiempo fuera secretario de Gobernación y, poco después, presidente de México. Pero en realidad, ¿quién era Hilde Krüger? ¿Cuál era su misión? ¿Vino a México para espiar?, y si fue así, ¿qué espiaba? ¿A qué vino a México? La herencia de este violín lleva al poseedor a un dilema moral que ubica al lector en el centro de un código de ética no escrito y que habita en la intimidad de la conciencia de cada individuo. En la trama se trata la intervención de Hitler en Polonia, acompasada con una serie de hipótesis de los porqués de esta guerra, analizada desde una mirada neutral del escritor: los odios raciales, los extremos antisemitas de Himmler envueltos en el discurso nacionalista de Hitler y propagados por Goebbels mediante este personaje central del cine alemán, que se convirtió en el símbolo de una raza germana perfecta, personalizada, sin lugar a dudas, por la actriz Hilde Krüger. Una historia cruenta que sitúa a un pequeño violín en el centro medular de lucubraciones maquiavélicas de mentes siniestras, que rascan incesantes y obsesivas hasta horadar el acero.