Los estados a nivel mundial destinan millones de dolares en inversión para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Es un deber moral de los ingenieros utilizar eficientemente esos recursos para generar proyectos acertados en función del desarrollo de cada nación. Estos proyectos, deben estar articulados con políticas publicas y privadas para encontrar la tan anhelada armonía entre el desarrollo inmediato y la disponibilidad de recursos.