Desde tiempos ancestrales el consumo de tabaco cuenta con diversos usos y significados que, en la cultura occidental moderna, han sido amplificados por la publicidad y el cine. En las últimas décadas, sin embargo, ha tenido lugar un enorme cambio en la valoración social de este hábito. En las acciones institucionales contra el tabaco se utiliza un léxico de tipo bélico y religioso que invita a preguntarse si se está en verdad y no sólo en sentido figurado planteando este proceso como una cruzada . Para comprender esta política de purificación se han aplicado conceptos procedentes de la sociología de la religión, como la separación entre lo sagrado (y dentro de éste, de lo puro y lo impuro) y lo profano. Por otra parte, la utilización de metáforas bélicas explica la creación de un contrincante que hay que exterminar. El análisis de la historia del tabaco permite identificar tendencias sociales, como el avance de la modernización, y algunas de sus resistencias. En un mundo secularizado, la necesidad de distinguir entre el bien y el mal en términos absolutos no sólo persiste, sino que es algo característico de una cultura obsesionada con la seguridad y la pureza.