El conocimiento de la vegetación fluvial tiene interés por varios motivos: más del 95% de la biomasa total del sistema fluvial está contenido en la vegetación por lo que, cualquier perturbación o disturbio importante por su magnitud, duración y época de ocurrencia, ha de producir alteraciones también importantes en la estabilidad ecológica, en las pesquerías y también en el efecto modulador que la vegetación ejerce sobre las crecientes. La vegetación es un indicador local sintético de la heterogeneidad del paisaje y, especialmente, del grado de conexión entre distintos sectores del paisaje y el régimen de pulsos. Este estudio demuestra que la vegetación fluvial está condicionada por un espectro de condiciones ambientales distinto del que regula a los paisajes terrestres adyacentes. Es posible prever el tipo de paisaje y las especies que tienen mayor probabilidad de instalarse en cada segmento del paisaje de la planicie y, a su vez, para períodos muy largos de aguas altas o de sequías extremas.