Normalmente quien tiene la oportunidad de visitar un hostel por primera vez, suele asombrarse de lo que sucede en estos sitios. Infinidad de idiomas, culturas y orígenes, suelen entrelazarse para crear un mundo aparte. Una vez adentro, se genera una burbuja que es atravesada por la buena onda. Lo pude vivir en carne propia, ya que tuve la oportunidad de cofundar el primer hospedaje de estas características de la ciudad de La Plata en el año 2008. Miren si habrá sido así, que a veces me iba hasta el centro a hacer algún trámite, y debido al ritmo acelerado con el que se vive, me daban ganas de volver corriendo a mi espacio de trabajo. Sentía que era un reducto que me protegía. No tengo certezas, pero tampoco dudas, de que los Hostels hacen bien. Este libro es un compendio de anécdotas curiosas, divertidas y emocionantes, de las tantas que se pueden vivir en un albergue de este tipo. Fotos, dibujos, curiosidades, metidas de pata, tips para emprendedores y alguna que otra perla extraída del libro de visitas, complementan la estructura de esta ópera prima sobre una década vivida gracias a Frankville. Subite a la Kombi, compartamos viaje y vayamos al Hostel. La vamos a pasar bien.