El sprint, es definido como una carrera cíclica a máxima intensidad con una duración inferior a 15 segundos. La habilidad de conseguir una alta velocidad en el sprint es un determinante importante de éxito en deportes como el fútbol, el rugby o el fútbol americano y está ampliamente considerado como el factor más determinante en el rendimiento de las pruebas de velocidad en el atletismo. Muchos entrenadores creen que un programa de entrenamiento de la velocidad debe incluir ejercicios específicos de fuerza, en los que el atleta realiza el movimiento de competición con una ligera sobrecarga. Para el entrenamiento del sprint, dichos ejercicios específicos de fuerza incluyen el arrastre de ruedas o trineos, paracaídas, cinturones o chalecos lastrados, sprintar sobre la arena de la playa, o correr en superficies cuesta arriba. A este tipo de entrenamiento se conoce con el nombre de "Métodos Resistidos". Se piensa que estos métodos de entrenamiento mejoran la potencia mecánica específica e incrementan la amplitud de zancada. Así, este trabajo es el primero que demuestra un incremento de la amplitud de zancada en atletas entrenados y explica el uso adecuado de los Métodos Resistidos.