Esta imaginativa historia está protagonizada por un adolescente, Héctor, que no solo padece acoso escolar sino que cuenta con la mala fortuna de pertenecer a una familia desestructurada y con muchos problemas. A la mayor parte de estos problemas el protagonista se enfrenta con lógica, pero esta le lleva a varios enredos que se complican tal como van pasando los días, ya que la relación que Héctor establece con los demás es el resultado de los problemas sociales que enfrenta y varios malentendidos que no puede resolver. El protagonista tienen dificultades para desenvolverse en sociedad más que cualquier otro adolescente: tiene el síndrome de Asperger. Esta historia plasma acertadamente alguna de las características más comunes de quienes tienen este trastorno del espectro autista tan poco conocido. El síndrome de Asperger afecta, aproximadamente, a cuatro de cada mil nacidos vivos. No se trata de una enfermedad (no tiene cura, no se contagia, no se conoce su origen -aunque se sepa que la herencia genética representa un papel importante-, no hay tratamiento farmacológico, etc.) sino de un síndrome (conjunto de síntomas). Los afectados pueden llegar a desarrollar una vida normal, con buen pronóstico de futuro, y lograr valerse por sí mismos. Adquieren lenguaje y también capacidades cognitivas normales. A veces, incluso, poseen altas capacidades y cociente intelectual superior a la media (la superdotación intelectual es relativamente frecuente). El síndrome de Asperger es un trastorno general del desarrollo que se manifiesta con la incapacidad de para comunicarse convencionalmente: crea dificultades para asumir habilidades sociales de forma natural y también para comprender la conducta social de los demás. Prólogo de Sacha Sánchez Pardíñez Presidenta de la Asociación Asperger Valencia