Los resultados obtenidos, permiten identificar una tendencia creciente de la contaminación, producto de un efecto expansivo de la producción, la diversidad de la industria, el aumento del parque automotriz y el crecimiento poblacional; aumentando la contaminación más allá de lo que el simple crecimiento económico haría esperar. La producción de energía actual y los patrones de consumo reflejan una dependencia desproporcionada de los combustibles fósiles, y este es uno de los factores más determinantes en los problemas de calidad del aire en el país. Asimismo, provoca el aumento en las emisiones de dióxido del carbono en la atmósfera de la tierra, que contribuye al calentamiento global y constituye una amenaza para el mundo. En el pasado la política en materia de desarrollo sufrió indudablemente la influencia de la teoría del crecimiento óptimo, hoy resulta imperioso analizar las condiciones en las cuales el crecimiento óptimo es también duradero. En el marco de una buena calidad ambiental sólo se puede lograr considerando y abordando de manera sistemática los efectos que las estrategias de crecimiento ocasionan al medio ambiente.