El propósito que le da unicidad a estos ensayos es repensar aquello que da sabiduría frente a la historia, el hombre y su infinita capacidad de autoengaño; reconocer que la experiencia histórica no siempre se presta a ser reformulada conceptualmente para satisfacer los criterios estéticos del intelecto y la abstracción; tener una reserva de lucidez frente a los discursos críticos, con toda su propensión a hacer un absoluto de sus fragmentaciones de la existencia social en un ellos y un nosotros y así elevar sus recriminaciones a escala metafísica. Nuestro tiempo necesita una crítica de la crítica: desintoxicarse tanto en un sentido cultural como físico ocupará buena parte de la agenda de individuos y sociedades en el siglo XXI, junto con el rescate del planeta. Esa necesidad es cada vez más evidente; no lo es tanto que para reconectar lo cercenado, sanar lo dañado, conservar y cuidar, se requiere primero recuperar muchos significados ocultos u olvidados del mundo y de la experiencia social que nos han hecho posibles.