Los metales pesados (MP) son elementos químicos metálicos con una relativa alta densidad ya sean tóxicos o venenosos en concentraciones bajas. Los ejemplos de metales pesados incluyen el mercurio (Hg), cadmio (Cd) el arsénico (As), el cromo (Cr), el talio (Tl) y el plomo (Pb). Estos elementos los encontramos en estado natural formando parte de la corteza terrestre. No pueden ser degradados o destruidos. En pequeñas cantidades se incorporan a nuestro organismo vía el alimento, el agua potable, utensilios y el aire. Algunos MP son esenciales para el funcionamiento del metabolismo del cuerpo humano. Sin embargo, en concentraciones altas son tóxicos al organismo, ya que tienden a bioacumularse, lo que significa un aumento en la concentración de un producto químico en un organismo biológico en un cierto plazo, comparada a la concentración del producto químico en el ambiente.