El trabajo infantil y adolescente ha sido definido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como toda actividad laboral que es física, mental, social o moralmente perjudicial o dañina para el niño o, que interfiere en su educación privándole de la oportunidad de ir a la escuela, obligándole a abandonar prematuramente las aulas o exigiendo que se intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado . Se le considera un fenómeno histórico, cuyas cifras y estadísticas oficiales hablan de 250 millones de niñas, niños y adolescentes trabajadores menores de 14 años laborando en el mundo. De ellos, 120 millones trabajan a tiempo completo, los restantes combinan el trabajo con los estudios o con otras actividades no económicas En Chile, el trabajo infantil y adolescente ha sido una realidad in visibilizada durante muchos años, tanto en lo que se refiere a sus magnitudes como a las características que ha adquirido. Recién a partir de las décadas de los ochenta y noventa, diversas investigaciones comenzaron a plantear la problemática como algo urgente.