Alrededor de los 12.5 Ma, la subducción cesó simultáneamente en gran parte de la Península de Baja California, marcando un cambio significativo en el estilo y composición del volcanismo. A pesar de la ausencia de un régimen tectónico bien definido, la evolución magmática de la Península continuó con la formación de campos volcánicos monogenéticos cuyos productos volcánicos muestran una gran diversidad geoquímica que incluye series magmáticas anómalas. Este cambio en la actividad volcánica ha sido ampliamente documentado en trabajos regionales recientes, sin embargo, en todos los modelos propuestos no hay una buena correlación entre las predicciones teóricas y las observaciones. Este trabajo aborda el tema desde una perspectiva regional, enfocándose en estudiar el papel que el cambio en las magnitudes y orientaciones de los esfuerzos tectónicos ejerce en la actividad volcánica. Nuestra hipótesis sugiere que los cambios en la distribución regional de los esfuerzos, son el factor primordial que dispara la erupción de pequeños reservorios juxtapuestos de material fundido con diversas afinidades geoquímicas que eventualmente dieron lugar al volcanismo post-subducción.