Desarrollar una comprensión del encuentro de Cartagena de Indias con el cine implica describir las relaciones entre sus habitantes y el espectáculo cinematográfico en el contexto de las configuraciones imaginarias sobre el deber ser de la ciudad. Interesa revisar la coyuntura que va de 1897 y 1923, es decir, entre la aparición del cinematógrafo como una rareza dentro del espectáculo de variedades, hasta volverse un hilo fundamental en la urdimbre de la vida urbana.