Existen considerables evidencias de la presencia de la arquitectura vernácula que va desde lo más primitivo como el bohío tradicional en el Valle de los Ingenios, las viviendas de embarro, tanto en el Valle como en la ciudad hasta la casa señorial. La Arquitectura doméstica Trinitaria, fuertemente vinculada al proceso socio económico de la región, transitó por un largo proceso de transformación. Sin embargo, los cambios operados en las viviendas, no afectaron la homogeneidad presente en su formulación espacial y funcional. En los primeros años del siglo XVIII, las construcciones, con fuertes influencia morisca a la irrupción del neoclásico en el XIX. En el XX el desarrollo de la arquitectura doméstica en Trinidad estuvo marcado por el eclecticismo. Posterior a 1959 se desarrollan de nuevas urbanizaciones en forma de repartos con edificios y casas unifamiliares exentas. Llegada la década de los 80 comienza a desarrollarse una modalidad constructiva denominada por esfuerzo propio que no refleja, en muchos casos, la sabiduría y elegancia de las construcciones primitivas en Trinidad.