Era mediados del 2001 y nos encontrábamos en la comunidad achuar de Copataza en el centro sur de la Región Amazónica Ecuatoriana (RAE). Con un abogado y un dirigente de la Federación Achuar, procurábamos acercar a los participantes, los derechos colectivos en el conflicto entre pueblos indígenas, Estado y petroleras. En su traducción al achuar, el dirigente hizo una interpretación a la conclusión general y tomó prestado del castellano algunas palabras y readecuó el texto para una mejor comprensión de todos los participantes: Nuestras necesidades no son nuestras debilidades . Desde entonces, la dimensión cultural de los conflictos socioambientales nos planteó varias interrogantes fundamentales para el trabajo: ¿Qué elementos se articulan en la posición del no al petróleo y la defensa de los territorios indígenas? ¿Cuáles son las implicaciones para la vida de estas poblaciones e individuos? Los pueblos Sarayaku, Shuar y Achuar, evidencian que la gestión de conflictos socioambientales es un desafío de interculturalidad y pluralismo jurídico, así como para la doctrina de la guardianía que promueve el sistema internacional y el derecho constitucional.